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El primer fin de semana de noviembre muchas iglesias observarán el domingo memorial (Memorial Sunday), un día para recordar y celebrar a aquellas personas que nos han precedido. Este hecho me llevó a reflexionar sobre el papel de las redes sociales en estos actos de recordar y celebrar. Debido a las particularidades de las redes sociales (un universo que parece ser un propio mundo dentro del mundo real), esta reflexión tendrá más sentido para las personas lectoras que participan en alguno de estos sitios.
Las redes sociales mejoran de diversas maneras la comunión que existe entre las personas cristianas. Yo uso Facebook y veo a menudo a mis amigos y amigas compartiendo versos de la Biblia, testimonios y peticiones de oración. Esto permite que conozca lo que está sucediendo en sus vidas e iglesias, incluso si están lejos. Pero esta comunión cristiana en Facebook puede extenderse más allá de quienes están presentes hoy en día. Puede involucrar también a quienes nos han precedido para estar con Dios. Todas estas personas cristianas, las de aquí y las que nos han precedido, forman una comunión de personas santas (apartadas para Dios a través de la salvación de Cristo). Es en esta comunión donde el uso de las redes sociales, especialmente Facebook, se vuelve fascinante.
Al abordar este tema, lo hago con el debido respeto a las gentes que han sufrido la pérdida de una persona amada y el dolor y duelo que experimentan con esta pérdida. Además, lo abordo también con mi propia necesidad, la cual puede ser una necesidad compartida con otras personas lectoras, de entender mejor la relación en Facebook entre las personas que todavía están aquí y las que nos han precedido.
Los seres humanos parecemos tener esta necesidad o deseo de estar en comunión con nuestras personas amadas, vivas o muertas. De hecho, uno de los sinónimos de comunión es unión espiritual. Esta unión espiritual o conexión con una persona fallecida no desaparece porque él o ella ya no estén aquí. De hecho, a veces es incluso más fuerte.
He notado en Facebook cómo muchas de mis amistades recuerdan a sus personas amadas al compartir fotos, recuerdos y pensamientos acerca de ellas. Algunas gentes incluso han creado una página especial para sus personas amadas que murieron antes de que se usara Facebook. Es aún más fascinante observar esta conexión espiritual con la gente que murió recientemente, y que tenían su propia página de Facebook. He estado pensando en este tema por algún tiempo, y al comienzo de mis reflexiones me pareció extraño que algunos de mis amigos y amigas incluso etiquetaran a personas fallecidas, como si todavía estuvieran vivas. Y me preguntaba: ¿Qué están tratando de lograr? Considero a estos amigos y amigas como personas cristianas sólidas, así que sabía que no estaban tratando de comunicarse con la persona fallecida. Más tarde comprendí que lo más probable es que estaban tratando de conectarse otra vez con esas personas amadas. Por otra parte, al etiquetarlas, estaban recordándolas, junto con el grupo de amistades que la persona fallecida tenía.
Facebook es un sitio cibernético para convivir con las personas y conectarse con ellas. Al reflexionar en este sentido de conexión, pensé en cómo algunas gentes llevan flores a las tumbas de sus personas amadas en fechas especiales, o cómo honramos a nuestras personas amadas ofreciendo las flores para el culto en la iglesia. Publicar en Facebook acerca de una persona amada, o incluso etiquetar a esta persona que ya no está presente, no es tan diferente al acto de llevar flores a la tumba o a la iglesia. Es una manera de conectarse. Es una forma de recordar, amar, añorar, honrar y compartir acerca de esta persona especial. La única diferencia es el espacio. La iglesia y la tumba son espacios físicos, mientras que Facebook es un espacio cibernético, pero un espacio, no obstante.
Al final del día, la mayoría de nosotros/as buscamos un sentido de conexión. Estos espacios nos permiten conectarnos, recordar, y soñar con el día en que estaremos en el cielo, nuevamente con nuestras personas amadas en la comunión completa de los santos/as. Por ahora, tenemos la tumba para visitar, la iglesia para llevar flores, y Facebook para recordar y honrar a nuestras personas amadas. Que Dios nos bendiga en nuestro peregrinar por la vida mientras que seguimos conectándonos con toda nuestra gente amada — aquí y allá.
Esta columna fue publicada originalmente en inglés el 28 de octubre del 2014.